Elección de la especie
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La elección de la especie animal (ovino, en lugar de caprino, bovino o equino) responde a la necesidad de tener animales rústicos, adaptados a un ambiente difícil, con escasez de agua, bajo valor forrajero del pasto y elevada pedregosidad superficial, donde los períodos de utilización están sujetos a las necesidades naturales y limitada a los meses generalmente menos favorables para otras especies animales dadas las condiciones ambientales (por ejemplo febrero y noviembre).
Si bien las cabras pueden responder a estas necesidades y ser incluso más eficaces para la contención de los arbustos, serán compradas de todos modos ovejas ya que resultan más controlables y tienen un menor impacto potencial sobre otros componentes del hábitat, incluyendo algunas especies que deben ser protegidas (por ejemplo, Juniperus oxycedrus).
Por otra parte, la zona no se prestaría a la cría de cabras de leche por la falta de instalaciones, imponiendo un tipo de gestión más restrictivo para las potenciales empresas. Así mismo, se sabe que en el pasado estas superficies se pastorearon principalmente con ovejas y por eso, a pesar de su abandono, el pastoreo de ovejas debería ser mejor tolerado por la totalidad de comunidades de plantas. Por otra parte, diversos estudios han demostrado la eficacia de las ovejas en la dispersión de las semillas entre las diferentes áreas de pastoreo, también espacialmente aisladas, con posibles efectos positivos en términos de conservación.
El rebaño será tendencialmente integrado por ejemplares jóvenes, para dar una mayor continuidad a la acción, también será prevista una cuota de renovación útil del rebaño en el curso del tiempo y de autofinanciación del rebaño. En cuanto a la raza, se optará por razas resistentes adaptadas al pastoreo en áreas marginales.
